miércoles, 18 de enero de 2012

Ruta Puerto del Saucillo – Peñón de Enamorados – Puerto de Bellina – Puerto del Saucillo.



Clásico recorrido por el Parque Natural Sierra de las Nieves, realizado el 18 de enero del año 2.012, tras la caída de las primeras nieves en la sierra esta temporada. En el regreso, tomaremos desde el llano de la Casa, un sendero alternativo, para darle algo más de variedad a la ruta.





Provincia: Málaga.
Localidad de referencia: Yunquera.
Tipo de ruta: Circular.
Distancia: 11,3 kilómetros.
Época recomendada: Invierno. Cuando la sierra está nevada.
Dificultad: Baja-Media.
Notas: Ruta clásica de senderismo por el Parque Natural Sierra de las Nieves, junto a la ruta Quejigales-Torrecilla. Ser precavidos con las nieblas, que pueden tener un espesor considerable, y que son frecuentes en la parte más alta del recorrido, ya que aunque el sendero está balizado en todo su trazado, podemos desorientarnos fácilmente.


Descargar track GPS.


Mapa general de la ruta.


Perfil de la ruta.

Este invierno, las precipitaciones se están retrasando bastante, y a la altura de la estación a la que estamos, apenas habremos contabilizado en Málaga capital un par de días de lluvia. La situación anticiclónica domina, otorgándonos días más propios de la primavera que del invierno. Por ello, cuando tras rozarnos brevemente un frente atlántico el pasado día 16, tuvimos noticia que sobre la sierra de las Nieves había caído la primera nevada de la temporada, rápidamente nos dispusimos a planificar una ruta por dicha sierra, la cual por motivos de trabajo fijamos para el miércoles 18 de enero. Solo quedaba rezar para que el inmediatamente reestablecido buen tiempo, no derritiera con demasiada celeridad el blanco elemento, permitiéndonos disfrutar de el.

A las siete de la mañana del día 18, pusimos rumbo hacia la población de Yunquera. El objetivo de nuestra ruta es alcanzar la cima del peñón de Enamorados (1.781m), partiendo desde el puerto del Saucillo, denominado tambien como plataforma de Yunquera derecha.

Con las primeras luces de la mañana, nuestro temor de que el sol de los días anteriores, hubiese derretido la nieve se disipó, permitiéndonos ver una considerable cantidad de nieve en las cumbres.

Tras la obligatoria parada en el bar Sierra de las Nieves de Yunquera, para tomar un café bien caliente y un bollo, recorrimos los últimos kilómetros que nos separaban del puerto del Saucillo.

En el puerto del Saucillo, se sitúa el mirador del Puerto del Saucillo, integrado por una explanada de aparcamientos, una zona de bancos hechos de piedra y madera de pinsapo, y una balconada por la que nos asomamos en dirección sur, pudiendo ver en primer termino, el pueblo de Yunquera y las Sierras Cabrilla y Prieta, así como parte del valle del Guadalhorce y las sierras del Cordón Montañoso Litoral (sierras de Mijas y Alpujata).

Del Puerto del Saucillo, parten dos senderos principales, uno a la derecha con el nombre de Sendero Puerto Saucillo-Puerto Bellina, y otro a la izquierda denominado Sendero de Puerto Saucillo-Torrecilla, el cual recientemente ha recibido el estatus de sendero de pequeño recorrido de Andalucía, con la denominación PR-A 351 “Puerto Saucillo-Torrecilla”.


Panel informativo del PR-A 351 "Puerto Saucillo-Torrecilla" en el inicio de la ruta.

Nuestra ruta discurrirá casi íntegramente por el trazado del PR-A 351 (a excepción de una parte del camino de regreso que nos desviaremos hacia el puerto de Bellina), por lo que comenzaremos a caminar por este. Durante todo el recorrido, encontraremos hitos de continuidad y postes de indicación pertenecientes a dicho PR.


Hito de continuidad del PR-A 351.


El puerto del Saucillo, se sitúa a poco más de 1.200m de altitud, y ya en el comienzo del sendero, encontramos los primeros vestigios de nieve, en forma de pequeños neveros a los lados del camino. Según tuvimos ocasión de conocer de primera mano de un natural de Yunquera, el pasado día 16, la nieve llegaba hasta las casas del pueblo. Teniendo en cuenta que Yunquera se sitúa a 682 metros de altitud, podemos hacernos una idea de la labor “derretidora” del sol de estos días atrás.


Inicio del sendero en el puerto del Saucillo.

Comenzamos a caminar. El sendero por el que discurrimos, realiza un suave pero constante ascenso, flanqueado por pinsapos de mediano porte y algunos pinos. Al poco, a la derecha y a nuestro frente, el paisaje se abre, permitiéndonos contemplar en toda su magnitud la cañada del puerto del Saucillo, en la cual se asienta el magnifico pinsapar de la cañada del puerto del Saucillo. Nuestro sendero, transita por la vertiente derecha de dicha cañada, y a medida que avanzamos, los acumulos de nieve en los bordes del sendero se hacen mayores.


Primera visión de la cañada del puerto del Saucillo. La presencia de nieve en el sendero va en aumento.

Habremos recorrido aproximadamente unos setecientos cincuenta metros desde que iniciamos la ruta en el puerto del Saucillo, cuando encontramos un cartel que reza: “Pozo de Nieve”, junto a una indicación a la izquierda.


Indicación de desvío hacia el pozo de nieve de Yunquera.

Si nos apartamos a la izquierda del sendero unos metros llegaremos al denominado pozo de nieve de Yunquera. Se trata de un antiguo nevero, uno de los dos pozos de nieve que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha restaurado en el Parque Natural Sierra de las Nieves (el otro se localiza en el puerto del Oso), como testimonio de la que fue una de las actividades económicas más singulares de la zona, el negocio de la nieve. Cerca de este, se aprecian los restos colmatados de tierra de otro pozo similar ya ruinoso.


Pozo de nieve de Yunquera.

Antes de la aparición de los modernos frigoríficos, la nieve era utilizada para mantener frescos los alimentos perecederos. La nieve era recogida por los denominados neveros, hombres, que subían a la sierra tras las nevadas, y que ayudados por palas, cortaban la nieve, para luego mediante un capacho echado a la espalda, transportarlas hasta los pozos de nieve o neveros. Los pozos, eran unos hoyos circulares de unos ocho a diez metros de diámetro, y de seis a diez metros de profundidad. Sus paredes en algunos casos, se encontraban reforzadas mediante un muro de piedra. Normalmente se situaban en las zonas de umbría (cara norte de las montañas), debido a que en dicha zona reciben menos insolación.
La nieve se acumulaba en el interior del pozo, y con la ayuda de una herramienta llamada pisón, se compactaba. Esta se acumulaba no solo hasta llenar el pozo, sino que se seguía añadiendo por encima de este haciendo un montículo abovedado.


Panel informativo del pozo de nieve de Yunquera.


Finalmente el pozo, se cubría mediante ramas de aulaga morisca, una planta abundante en la sierra, para finalmente sobre estas ramas, añadir una capa de tierra apisonada.
Esto evitaba que la nieve se derritiera, y se conservase hasta el verano.
Ya en verano, el pozo se descubría, y la nieve se introducía en capachos con capacidad para unos cincuenta kilos. La nieve se recubría de “tamo”, una mezcla de polvo y paja menuda que ayudaba a evitar que se derritiera.
Empacada de este modo, se transportaba de noche a lomos de mulas, hasta la capital malagueña, Ronda, Antequera y sus zonas de influencia, donde se comercializaba.

Visitado el nevero de Yunquera, retornamos al sendero y proseguimos nuestro camino. Continuamos ascendiendo de forma suave, pero con algo más de pendiente que hasta ahora. La cantidad de nieve acumulada es cada vez mayor, e incluso encontramos nieve
en las ramas de algunos de los pinsapos la cual esta derritiéndose, goteando agua a nuestro paso.


El acumulo de nieve es cada vez mayor.


Cuando llevamos recorridos unos seiscientos treinta metros desde el nevero, alcanzamos el pequeño pilón de la fuente de la Perdiz, el cual queda a la izquierda del camino. El manantial que aprovisiona a la fuente, salvo en épocas lluviosas, suele estar seco, tal y como sucede en el día de hoy, aunque su pilón acumula agua procedente de la nieve derretida.


Fuente de la Perdiz.


Recorremos bellos paisajes.

Caminamos por paisajes cada vez más blancos. Nuestro sendero transita por la cara noroeste del cerro El Picacho. Tras recorrer algo más de cuatrocientos metros, alcanzamos una zona más llana situada en el interior de un pinar. Se trata del llano de la Casa, topónimo que tiene su origen por la presencia antaño en esta zona de una cabaña en la que se refugiaban los neveros en los tiempos en que trabajaban en los pozos de nieve. De dicha cabaña no existe resto alguno actualmente.


Llegando al cruce del llano de la Casa.

Del llano de la Casa, parte a nuestra derecha un sendero, el cual se dirige al puerto de Bellina. Por este sendero encaminaremos nuestros pasos luego cuando regresemos en dirección al puerto del Saucillo, pero ahora continuaremos en la misma dirección que traíamos. Justo en el punto en que se desprende el sendero a Bellina, encontramos un poste de direcciones con tres flechas indicadoras pertenecientes al PR-A 351 y al sendero de uso publico puerto del Saucillo-puerto de Bellina. Este poste, se encuentra suelto por su base, por lo que si no se recoloca pronto caerá.


Poste de indicaciones del cruce del llano de la casa.

Proseguimos. Tras recorrer unos ciento setenta metros desde el poste de indicaciones del llano de la Casa, alcanzamos la cordal del cerro El Picacho. En este momento, nuestra perspectiva visual se amplia, abriéndose el paisaje en todas direcciones. A nuestra derecha, vemos la cabecera de la cañada del puerto del Saucillo, y por encima de esta, un escarpe rocoso, que a mi personalmente me recuerda desde esta perspectiva a la quilla de un barco, y que recibe el nombre de el andén de la Cuchara o los andenes de la Cuchara.


El andén de la cuchara.

A nuestra izquierda, podemos contemplar el cerro El Picacho, rematado en su parte superior por una pequeña zona de roca caliza. Asimismo podemos ver parte de la cañada de Juanisco Huelva, parte de la cañada de Zarzalones, la cual alberga el mayor pinsapar de la sierra, el pinsapar de Zarzalones. Vemos también el puerto del Caucón, con el mirador de Luis Ceballos, así como el pinsapar de los Lajares. Más allá, vemos territorios pertenecientes al valle del Guadalhorce, así como las sierras pertenecientes al Cordón Montañoso Litoral.


A la izquierda, el cerro El Picacho. En el centro el puerto del Caucón con el mirador de Luis Ceballos, y parte de la cañada de Zarzalones. A la derecha, se extiende el pinsapar de los Lajares.


Desde este punto, tenemos una amplia visión del valle del Guadalhorce y las sierras del Cordón Montañoso Litoral.

Desde esta zona en la que nos encontramos, parte a nuestra izquierda una trocha, la cual no tomaremos, la cual encamina sus pasos hacia la cañada de Juanisco Huelva, para finalmente llegar al puerto del Caucón.


Paisaje hacia la cañada del puerto del Saucillo.

Proseguimos caminando por el sendero en la misma dirección que traíamos hasta ahora. La senda describe ahora una serie de curvas a la par que va ganando altura. Si dirigimos nuestra mirada hacia el noreste, veremos una espléndida panorámica sobre las sierras de Alcaparaín, Cabrilla y Prieta. Asimismo podremos ver a la izquierda de estas sierras, los embalses del Chorro.


Las sierras de Alcaparraín, Cabrilla y Prieta. A la izquierda vemos el embalse del Chorro.

En escasos quinientos metros desde el punto que parte la trocha hacia el puerto del Caucón, alcanzaremos las inmediaciones de la peña del Cuco. La peña del Cuco, es un pequeño resalte rocoso situado en la parte baja de la cara sureste del cerro del Cuco. Justo en este punto, a la izquierda parte un sendero, el cual no tomaremos, y que se dirige hacia la zona de la cañada de la Perra y del tajo de la Caina. Si lo deseamos, podemos desviarnos algunos metros a la izquierda del camino que seguimos, para trepar hasta la parte superior de la peña del Cuco, cosa que nosotros en esta ocasión no llevamos a cabo.


La peña del Cuco.

Continuamos ascendiendo suavemente, dejando a nuestra izquierda la peña del Cuco. Unos 75 metros más adelante, a nuestra izquierda parte una corta trocha, que enlaza con el sendero que hemos dejado atrás hace poco y que se dirige al Tajo de la Caina. Lógicamente no lo tomaremos.

Avanzamos, llevando la ladera noreste del cerro del Cuco a nuestra izquierda. Delante nuestra y algo a la derecha, vemos ahora mucho más próximo el andén de la Cuchara. Situado entre ambos, justamente a nuestro frente, se localiza el puerto del Cuco, hacia el cual el sendero se dirige en un suave ascenso de algo más de seiscientos cincuenta metros. Si dirigimos la vista atrás, veremos en la lejanía la peña del Cuco.


La peña del Cuco, vista desde las proximidades del puerto del Cuco.

A partir de esta zona, situada a una altura sobre el nivel del mar, próxima a los 1.600 metros, los pinsapos comienzan a ralear. Ahora predomina un matorral integrado por plantas tapizantes de la familia de los piornos, tales como el asiento de monja.
En este lugar, comienza a hacer acto de presencia una niebla poco densa e intermitente, impulsada por un frió viento del este.


El andén de la Cuchara, pocos metros antes de alcanzar el puerto del Cuco.

Tras pasar a un tiro de piedra de los farallones del andén de la cuchara, que queda a nuestra derecha, alcanzamos el puerto del Cuco. Ante nosotros se abren nuevos horizontes: a la izquierda, vemos la cara norte del cerro del Cuco, a través de la cual discurre el sendero por el que encaminaremos nuestros pasos. Si seguimos la línea montañosa que continua al cerro del Cuco hacia la derecha, veremos la característica forma de La Peñilla, también conocida como cerro alto de Yunquera.


Vista hacia al norte desde el Puerto del Cuco. A la derecha la Peñilla o cerro Alto de Yunquera.

Hacia nuestro frente, se abre la cañada de la cuesta de los Hornillos, también conocida como cañada de Bellina, así como la loma de la Chaparrera, en cuya parte superior existen unos cortados con una característica cavidad, la cual separa la cañada de la cuesta de los Hornillos de la cañada de la Encina, situada inmediatamente por detrás de dicha loma. A la derecha vemos las sierras de Alcaparraín, Cabrilla y Prieta, así como la población de Yunquera.


A la izquierda la loma de la Chaparrera. En el centro el tajo de Alberca y parte de la cañada de la Cuesta de los Hornillos. A la derecha el andén de la Cuchara.

Avanzamos ascendiendo ligeramente y disfrutando de los nevados paisajes que recorremos. Si volvemos ahora la vista atrás hacia el noreste, podemos ver más allá de la loma de la Chaparrera, los cortados del tajo de Alberca o tajo de los Artilleros, horadados por múltiples cavidades. Algo más adelante, a la derecha vemos el peñón de Ronda con su característico tajo.


El peñón de Ronda y la cabecera de la cañada de la Cuesta de los Hornillos, también conocida como Balsita.

El sendero atraviesa ahora una zona algo más llana, ligeramente alomada, que es conocida como el Ventisquero o los Ventisqueros. En esta zona, existen los restos colmatados de hasta ocho pozos de nieve, alguno de ellos próximos al sendero. Asimismo cercana a unas rocas, existen los restos de una cabaña (la cual no logramos localizar), en la que se refugiaban los neveros para recuperar el calor aproximadamente cada veinte minutos durante su duro trabajo.


Elaborada muñeca de nieve que encontramos en la zona de los Ventisqueros.

Pronto encontraremos una senda que se desprende a la derecha y que no tomaremos, la cual se dirige hacia la zona del llano de la Gotera y el puerto del Canalizo. Seguimos por lo tanto por el camino que traíamos y que continua al frente.


Sierra Hidalga vista desde los Ventisqueros.

El llano de la Gotera o llano de la Laguna con su característico pinsapo solitario.


Pronto delante de nosotros veremos la inconfundible mole pétrea del peñón de Enamorados. Visto desde esta perspectiva, por su cara noreste, el peñón se ve poco accesible. A nuestra derecha veremos las cumbres de sierra Hidalga, ocupadas aún por algunas amplias manchas de nieve. Algo más atrás veremos el llano de la Gotera, o llano de la Laguna, con su característico pinsapo solitario, y por detrás de este, la cima de la Peñilla.


El peñón de Enamorados, visto desde su cara noreste.

En algo más de setecientos metros, tendremos la cara sureste del peñón de Enamorados a nuestra derecha. Esta cara si se presenta accesible, y será la que empleemos para acceder a su cima.


La cara sureste es la más accesible para ascender a la cima del peñón.

Abandonaremos el sendero, y por donde mejor veamos, campo a través nos acercaremos al cerrete rocoso que constituye la cima. En escasos metros y tras realizar alguna fácil trepada, alcanzaremos el vértice que señala el punto de máxima altitud, situado a 1.781 metros. Poco antes de alcanzar la cima, en las rocas que quedan a nuestra derecha, podemos observar adherido a la piedra un azulejo con una imagen de la Virgen del Carmen.


Cima del Peñón de Enamorados.


Vértice en la cima del peñón. Al fondo cerro Alto.

Desde la cima de Enamorados, gozamos de una vista privilegiada. Si miramos en dirección norte, a la izquierda, en primer termino, veremos los restos de un pozo de nieve colmatado. Más allá, en el plano medio, vemos los pinsapares de la Ánimas y de los Hoyos de la Caridad, mientras que en la lejanía, destacan las cimas de sierra Hidalga. En la parte central, destaca el abrupto relieve perteneciente al tajo del Canalizo, mientras que hacia la derecha, encontramos el característico perfil de la cima de la Peñilla.


En primer termino, antiguo nevero colmatado. A media distancia y a la  izquierda los pinsapares de las Ánimas y de los Hoyos de la Caridad. A la derecha el relieve del tajo del Canalizo. Al fondo sierra Hidalga.


Tajo del canalizo y sierra Hidalga.

La Peñilla y la zona de los Ventisqueros.

Si dirigimos la mirada hacia el este, el paisaje estará dominado por la zona de los Ventisqueros, apreciándose claramente el sendero por el que hemos venido. Más allá, vemos las sierras de Alcaparraín, Prieta y Cabrilla.


Zona de los Ventisqueros.


Mirando en dirección sur, a la izquierda, vemos la cañada de las Carnicerías. La zona central, está dominada por la sierra de Tolox, la cual en el día de hoy presenta su zona más alta, cubierta por una espesa nubosidad que solo en ocasiones nos deja entrever sus cumbres, tales como el Picacho de Fatalandar, el cerro de los Valientes, y por supuesto el Torrecilla, máxima altura de la sierra, de la provincia de Málaga y de Andalucía occidental con sus 1.919 metros. Más próxima a nosotros se aprecia también la cueva del Oso, con sus dos características oquedades. En la zona de la derecha, nos encontramos con cerro Bernardo. En la visión hacia el oeste, destaca la presencia de cerro Alto.
Por toda esta zona, encontramos diseminados multitud de ejemplares de Quejigo de Montaña, otra de las joyas botánicas, que junto al pinsapo atesoran estas sierras.


Cañada de las Carnicerías en el centro. Ligeramente a la derecha y más alto vemos la cima del picacho de Fatalandar.


La sierra de Tolox parcialmente oculta por la nubosidad. A la derecha el picacho de Fatalandar. Algo más al centro y más próximo a nosotros. Vemos la cueva del Oso. El Torrecilla está oculto por las nubes.

No nos entretenemos en demasía en la cumbre, ya que el viento y la sensación de frió que reina en ella, así no lo aconseja. Descendemos pues extremando las precauciones, ya que aunque el descenso es corto y no complicado, si existe algún punto que requiere mayor atención.


Iniciamos el regreso. Volviendo la vista atrás vemos a la derecha el peñón de Enamorados y a la izquierda cerro Alto.

Ya en el sendero, iniciamos el regreso hacia el puerto del Saucillo. Para ello tendremos que desandar el camino realizado hasta alcanzar el cruce del llano de la Casa.

Una vez nos encontremos en el llano de la Casa, tomamos el sendero que se inicia junto al poste de indicación, y que desechamos en el camino de ida. El sendero parte ahora a nuestra izquierda en descenso, y en escasos metros cruza el fondo de la cañada del Puerto del Saucillo, para ascender y cambiar de vertiente. Caminamos ahora por la vertiente izquierda de la cañada del Puerto del Saucillo. En numerosos puntos, si miramos a nuestra derecha, veremos el trazado del camino que utilizamos en la ida, situado en la otra vertiente.

El sendero realiza pequeñas subidas y bajadas alternativas, pero netamente perdemos altura, zigzagueando entre un magnifico bosque mixto de pinsapos y pinos, abandonando la cañada del Puerto del Saucillo, e internándonos en el barranco de los Mármoles.

En unos setecientos cincuenta metros, desde que tomamos el desvío en el llano de la Casa, encontraremos un cruce de senderos, en el cual existe un poste con flechas indicadoras. Desecharemos el sendero que parte a nuestra derecha, indicado por una flecha que reza “Mirador Puerto Saucillo 1,7 Km.”. Tomamos el sendero a nuestro frente, no indicado por ninguna flecha (seguramente el poste haya perdido el indicador de dicho sendero).


Segundo poste indicador.

Proseguimos, aproximándonos al puerto de Bellina. En unos trescientos cincuenta metros, un sendero se nos unirá por la izquierda, procedente de la zona de las Camaretas y de la cañada de la Cuesta de los Hornillos. Lo desechamos siguiendo al frente.
Comenzamos a ver un gran numero de cedros de mediano porte, especie foránea introducida en la zona por el hombre.


Piñas de cedro. En las proximidades del puerto de Bellina encontraremos gran número de ejemplares de este árbol foráneo introducido artificialmente en la zona por el hombre.

En unos cincuenta metros, alcanzamos el puerto de Bellina, indicado por dos hitos paralelos, hechos amontonando piedras. Desde este punto, parten dos senderos, uno a la izquierda, que se dirige al puerto del Pilón de las tres Puertas, el cual no tomaremos, y un segundo a nuestro frente por el que dirigiremos nuestros pasos.


Hitos de piedra que señalan el puerto de Bellina.

El nuevo sendero, desciende suavemente, y en poco más de trescientos cincuenta metros, interseca con un sendero que se extiende de derecha a izquierda. En dicho cruce encontramos un nuevo poste de indicación de direcciones, al cual le falta una de las flechas de indicación, concretamente la del sendero por el que hemos llegado a este punto. Desechamos el sendero de la derecha, indicado por una flecha que reza “Sendero Puerto Saucillo-Puerto Bellina”. Tomamos el de la izquierda, indicado por la flecha rotulada con “Mirador Puerto Saucillo 0,9 Km.”.


Tercer poste indicador. Se aprecia que falta una flecha de indicación entre las dos existentes.

Tras recorrer otros doscientos cincuenta metros, alcanzamos un nuevo cruce de caminos con un nuevo poste de direcciones. Desechamos el sendero de la izquierda, indicado por una flecha del GR 243 y que reza “Los Sauces 7 Km. – El Burgo 16,6 Km.”. Señalar que encontramos dicha flecha tirada en el suelo y que la volvimos a acoplar al poste, aunque mucho me temo que no aguantará mucho. Por lo visto, las señales indicadoras de la zona precisan un mantenimiento o una renovación.


Cuarto poste de indicaciones.

Seguimos por el sendero de nuestro frente, indicado por la flecha rotulada con “Mirador Puerto Saucillo 625 m.”.  Unos doscientos cincuenta metros más adelante, a la izquierda del camino, podremos ver al pinsapo del Candelabro. Este pinsapo, está considerado árbol singular en el Catalogo Andaluz de Árboles y Arboledas Singulares, debido a su edad y a su particular fisonomía. Tiene una altura de 16,5 m y su nombre le viene por la forma en que sus ramas se desarrollan. A 1,90 m de altura aparece una gran rama gruesa paralela al suelo que, tras dos metros de desarrollo, vuelve a crecer verticalmente desarrollando la copa característica de abeto. Como esta rama existen cuatro más que crecen sucesivamente una a continuación de la otra, configurando el conjunto un curioso candelabro. Parada fotográfica obligada.


Pinsapo del Candelabro (Imagen tomada el 06/06/2010).


Panel informativo sobre el pinsapo del Candelabro.

Recorremos los últimos metros para alcanzar el puerto del Saucillo, entre pinos y pinsapos. Unos doscientos setenta metros mas allá del pinsapo del Candelabro, encontramos un senderillo a la izquierda que se dirige al llano del Alcornicalejo, y que por supuesto no tomaremos. Finalmente, en unos ciento setenta metros más, y tras superar un ultimo repecho, alcanzamos el mirador del Puerto del Saucillo, en el cual ponemos punto y final, a esta magnifica ruta que hemos disfrutado hoy.

Bibliografía:

-         Flores Domínguez, Rafael y Rodríguez Gonzáles, Andrés. “Sierra de las Nieves – Guía del excursionista”. Editorial La Serranía. Ronda 2008.
-         Flores Domínguez, Rafael. “Las 25 mejores rutas por los espacios naturales protegidos de la provincia de Málaga”. Editorial La Serranía. Ronda 2009.
-         Gilperez Fraile, Luis. “Andar por la Sierra de las Nieves (Serranía de Ronda) – Guía de sus mas bellas excursiones”. Penthalon Ediciones. Madrid 1989.
-         Asociación Grupo de Desarrollo Rural Sierra de las Nieves. “Sierra de las Nieves – Guía de Senderos. Vol. II. Editorial La Serranía. Ronda 2010. 
-         Varios autores. "Árboles y Arboledas Singulares de Andalucía - Málaga". Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Sevilla 2004.

3 comentarios:

  1. Excelente reportaje! Voy a seguir en tus pasos, con tu informe como guía, cuando hacemos la misma ruta por primera vez en un par de semanas.

    Gracias y enhorabuena!
    Per Johan S.

    ResponderEliminar
  2. Magnífica crónica y reportaje, Antonio Manuel.
    ¡Enhorabuena por tu buen hacer, saludos desde Fuengirola!
    Juan Ignacio Amador (Comando Preston)

    ResponderEliminar
  3. Excelente ruta y mejor reportaje, gracias por compartir, Un saludo.

    ResponderEliminar